martes, 3 de diciembre de 2019

¿A QUIEN LE ECHAMOS LA CULPA?

¿A QUIEN LE ECHAMOS LA CULPA? Siempre, cuando emprendemos algo corremos el riesgo de fracasar o de triunfar. Se tiene que correr el riesgo, porque el mayor peligro de la vida es no arriesgar nada. La persona que no arriesga nada, no hace nada, no tiene nada y no es nada. Puedes evitar sufrimiento y dolor, pero no puede aprender, crecer, sentir, cambiar, amar, vivir. No te tomes las cosas tan a pecho. Mientras crecemos, pasamos mucho tiempo preocupándonos de lo que el mundo piensa de nosotros. Cuando llegamos a la madurez nos damos cuenta que el mundo ni se fijó en nosotros todo el tiempo que nos preocupamos. LA ACTITUD ES EL FACTOR DETERMINANTE RESPECTO A SI NUESTROS FRACASOS NOS EDIFICAN O NOS APLASTAN. La persistencia de una persona que se topa con un fracaso es una señal de una actitud saludable. Henry Ford decía: “Fracasar es la oportunidad de comenzar de nuevo más inteligentemente”. Los ganadores no renuncian. El fracaso se vuelve devastador y hace que nuestra actitud se estrelle, cuando renunciamos. Aceptar el fracaso como final es ser finalmente un fracasado. Nada en el mundo puede tomar el lugar de la persistencia. No lo hará el talento; nada en el mundo es más común que hombres de talento sin éxito. El genio no lo hará; el mundo está lleno de ruinas educadas. Solamente la persistencia y la determinación son superpotentes. La biblia nos enseña a no renunciar. "…que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos." 2ª Corintios.4:8-9 LA CLAVE PARA FORTALECERSE EN TIEMPOS DE FRACASO ES MIRAR A NUESTRO CREADOR Y NUESTRO PRINCIPAL MOTIVADOR. "Pongamos toda nuestra atención en Jesucristo, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor." Hebreos.12:2 (Versión lenguaje sencillo). Cuando parece que he fracasado debo decir: Señor, ¿quieres decirme algo? Porque: El fracaso no significa que soy un fracasado; significa que todavía no he triunfado. El fracaso no significa que no he logrado nada; significa que he aprendido algo. El fracaso no significa que he sido un tonto; significa que tuve suficiente fe para experimentar. El fracaso no significa que he sido desgraciado; significa que me atreví a probar. El fracaso no significa que no lo tengo; significa que lo tengo de una manera diferente. El fracaso no significa que soy inferior; significa que no soy perfecto. El fracaso no significa que he desperdiciado mi tiempo; significa que tengo una excusa para comenzar otra vez. El fracaso no significa que debo darme por vencido; significa que debo tratar con más ahínco. El fracaso no significa que nunca lo haré; significa que necesito más paciencia. El fracaso no significa que me has abandonado; significa que debes tener una mejor idea para mí. EL DESALIENTO EMPAÑA LOS HECHOS. No hay duda: el desaliento ha significado un lugar en la vida de grandes hombres; y si eso sucede a los grandes hombres, ¿qué podemos pensar de nosotros? El desaliento es contagioso. Todos estamos sujetos a las corrientes de desaliento que pueden arrastrarnos hasta una zona peligrosa. Si conocemos las causas del desaliento, podemos evitarlo con más facilidad. Sentimos que la oportunidad de triunfar se ha ido. La prueba del carácter es ver qué es lo que lo puede detener. Nos volvemos egoístas. Por lo general, las personas desalentadas piensan mucho en una sola cosa: en ellos mismos. No tenemos éxito en nuestros intentos de hacer algo. Carecemos de propósito y planificación. OTRA CARACTERÍSTICA DEL DESALIENTO ES LA INACTIVIDAD. La vida de Thomas Edison estaba llena de propósito. Cuando hablaba de su éxito, decía: Para descubrir cómo hacer que la luz brillara en una bombilla, falló más de mil veces en los intentos, hasta que lo consiguió; él mismo dijo: yo no fracasé 1000 veces, el foco fue un invento que me tomó 1001 pasos. Los factores más importantes de la invención pueden ser descritos en pocas palabras. Conocimiento definido de lo que deseamos lograr. Fijación de la mente en ese propósito, con persistencia para buscar lo que se persigue, utilizar lo que se sabe y lo que se puede recibir de los demás. Perseverancia en probar, sin importar las veces que haya fallado. Rechazo a la influencia de los que han tratado lo mismo, sin éxito. Obsesión con la idea de que la solución al problema está en alguna parte, y se encontrará. Cuando un hombre predispone su mente para resolver cualquier problema, puede, al principio, toparse con grandes dificultades, pero si continúa buscando, con toda seguridad encontrará alguna clase de solución. La desventaja en la mayoría de las personas, es que desisten antes de comenzar. Pero nosotros no, porque somos un “Equipo de Águilas” Elberto M. Guzmán T

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